Una de las principales características de la evaluación conductual
es que se trata de un proceso continuo centrado en el tratamiento.
Las fases 1, 2 y 3 de evaluación permiten caracterizar la
conducta problema por la que asiste la persona a consulta e identificar las
áreas a intervenir, así como las estrategias generales de intervención La fase
4 consiste identificar las técnicas de intervención específicas, así como la
secuencia de las mismas. Por último, las fases 5 y 6 permiten evaluar los efectos
de la intervención y su mantenimiento a largo plazo.
La siguiente imagen ilustra las 6 fases de la evaluación
conductual con sus respectivos objetivos:
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